El baobab africano es un árbol de tronco masivo, con forma de botella o irregular y lleno de nudos. Su altura puede oscilar entre los 5 a 30 m y el diámetro del tronco superar los 11 m. La corteza es lisa y la madera fibrosa con poco contenido en agua. Las hojas sólo brotan en la época de las lluvias, en verano en el hemisferio norte y en invierno en el hemisferio sur. Las hojas del árbol adulto son compuestas, tienen de 5 a 11 foliolos que surgen del mismo peciolo en círculo y cuyos bordes son enteros en todas las especies salvo en la especie rubrostipa, que los tiene dentados. Los árboles jóvenes tienen las hojas simples y se van lobulando poco a poco. Las flores son hermafroditas, actinomorfas, de unos 10 cm, con pétalos blancos. Todas las especies dan frutos al final de la estación seca o principios de la húmeda. El fruto es una baya seca o una gruesa cápsula con forma de melón alargado. Las semillas son numerosas, grandes, con forma de riñón. Envolviendo las semillas hay una pulpa de color crema, cuya textura varía de terrosa a esponjosa según la especie y la edad del fruto. Las semillas viven más de cinco años.
Los baobabs adoptan la forma de botella durante la etapa de madurez, a partir de los doscientos años. En buenas condiciones, sobre suelo arenoso, con un clima templado y lluvias entre 300 y 500 mm pueden vivir hasta 800 o 1000 años, aunque se habla de ejemplares que han alcanzado los cuatro mil años. Algunos baobabs se ahuecan en la madurez y se convierten en grandes depósitos en los que se pueden almacenar más de seis mil litros de agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario